NO ES DIFíCIL SER INMORTAL, me dije, y entonces empeze a redactar esta nota, empece a recordar cada uno de las veces en que me pareció estar cerca de la mortalidad. Aquella vez en Cayma cuando un auto me hizo volar 10 metros y me levanté como si nada hubiera pasado y caminé lento sin hacer caso al conductor que se encontraba muy palido parado junto a su auto y que segunel queria llevarme al hospital; o cuando me encontraba como a 200 metros mar adentro en Camana sin hacer caso a mi hermano que me repitio que noche, madrugada y media mañana en alcohol no eran buenas antecedentes para intentar nadar y que terminó en una salida abrupta no sin antes exclamar calmado al cielo ¡Se acabo!
Pero aquí estoy, en este despertar constante, impasibles los ojos a esta luz, atento al rebotar de las canciones de siempre sobre los oidos, a la forma pertinaz de escapar al dolor y el mal aliento de los domingos; imaginando que alguien a lo lejos me está pensando y que quiza, solo es una posibilidad, en un arrebato está amando estas palabras que ahora escribo, está decidida como tú o como yo a amar.
Ya no recuerdo lo que dije ayer ni quiero imaginar lo que puedo blasfemar contra mañana, mi interes se centra en hoy, porque, como quien juega a decir cosas y nunca cumplirlas, yo he decidido ser inmortal.